
Los planes a priori habían fallado y su observación desde la Isla de Arosa durante el inicio de la noche no era nítida. El cielo aún cubierto de nubes no dejaba hueco alguno, pero había que esperar ya que las nubes se movían con rapidez y la cosa podía cambiar.

A eso de la 1:00h de la mañana desde Cabodeiro se podía contemplar un cielo casi despejado y a la reina de la noche completamente engalanada y muy brillante.
Era el momento!

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